Si tienes la oportunidad de poder callejear por la parte más turística de Roma, casi con toda seguridad, te toparás con la majestuosa Fontana di Trevi, una de las fuentes de agua más bonitas que existen en el mundo.

Encargada por el papa Clemente XII a Nicola Salvi en 1732, las obras de construcción duraron treinta años y fue Guiseppe Panini quien se encargó de terminar la obra.

La figura central de la fuente es Neptuno, dios romano del agua, que monta sobre un carro con forma de concha tirado por dos caballos alados. Se trata de una obra muy marcada por el barroco y se aprecia perfectamente porque todas las esculturas están en constante movimiento. En los laterales se encuentran representadas la abundancia (a la derecha de Neptuno) y la justicia (a su izquierda).

El monumento mide 26 metros de alto y 20 de ancho, pero da la sensación de ser mucho mayor. Esto se debe a que la plaza donde está ubicada la fuente, es muy pequeñita, por lo que da la sensación de ser mucho más grande de lo que ya es.

El mito de las monedas.

Existe un mito popular que dice que, si te sitúas de espalda a la fuente y lanzas una moneda con la mano derecha sobre tu hombro izquierdo, podrás volver a Roma, si en lugar de una moneda lo haces con dos, encontrarás el amor con una atractiva/o italiana/o y si lanzas tres, te casarás con dicha persona.

Personalmente, no puedo decir que lo de la moneda no funcione y por ello siempre que he ido a Roma aprovecho para tirar una moneda y convertir así ese viaje en el penúltimo.

Roma es una ciudad preciosa repleta de historia y monumentos extraordinarios, una ciudad para perderse de placer y donde aprender muchísimas cosas, pero eso ya es otra historia.